Este es uno más de los homenajes que se hicieron a Walter Mauricio Jacob y otros se seguirán haciendo. Porque hay muchas personas y agrupaciones que desean recordarlo. Pero hoy queremos hacerlo nosotros, una comunidad que lo adoptó y, que el adoptó como propia, la Jurisdicción de Arroyo Corralito. Para ello es importante hacer un recorrido por sus jóvenes treinta y un años vividos a pleno.
Walter se inició en el Club de Cerrito, pasó por News Old Boys, donde adquirió experiencia y estrategias futbolista que aplicó cuando regresó a su club local, donde tuvo un gran desempeño en la primera división de Cerrito, hasta que una lesión lo alejó de la cancha, pero no del fútbol.
Tuvo el sueño junto a Gustavo Martínez de lograr que los niños de la zona rural pudieran juntarse, prepararse y formar un equipo. Así nació en 2007, la Escuela de Fútbol Rural de “Arroyo Corralito” que reúne chicos de la jurisdicción hasta 14 años y que por tercer año consecutivo participa del Fútbol de Paraná Campaña, con excelentes resultados.
Algo que caracterizó a esta escuela fue en todo momento la disciplina; estar uniformados, llegar a horario, y el no hacerlo significaba no formar parte de la lista de titulares de ese domingo y esperar en el banco de suplente la oportunidad para entrar. Pero por otro lado, no importaba que fuera el más chico del equipo, con siete u ocho años, todos en algún momento tenían una ocasión de lucir la camiseta en la cancha.
Les enseñó lo que es un equipo, a ganar y a perder con dignidad, a respetar al conjunto contrario, a cuidar los bienes y materiales de los lugares que recorrían, y más de uno permaneció suspendido en alguna práctica porque no se había comportado correctamente.
Se ganó el respeto de sus aprendices y el de sus familias, enseñando con el ejemplo. La comunidad aprendió a quererlo.
ESTÁS EN NUESTROS CORAZONES
Tus amigos Gustavo Martínez y Gabriela Neumayer
Walter se inició en el Club de Cerrito, pasó por News Old Boys, donde adquirió experiencia y estrategias futbolista que aplicó cuando regresó a su club local, donde tuvo un gran desempeño en la primera división de Cerrito, hasta que una lesión lo alejó de la cancha, pero no del fútbol.
Tuvo el sueño junto a Gustavo Martínez de lograr que los niños de la zona rural pudieran juntarse, prepararse y formar un equipo. Así nació en 2007, la Escuela de Fútbol Rural de “Arroyo Corralito” que reúne chicos de la jurisdicción hasta 14 años y que por tercer año consecutivo participa del Fútbol de Paraná Campaña, con excelentes resultados.
Algo que caracterizó a esta escuela fue en todo momento la disciplina; estar uniformados, llegar a horario, y el no hacerlo significaba no formar parte de la lista de titulares de ese domingo y esperar en el banco de suplente la oportunidad para entrar. Pero por otro lado, no importaba que fuera el más chico del equipo, con siete u ocho años, todos en algún momento tenían una ocasión de lucir la camiseta en la cancha.
Les enseñó lo que es un equipo, a ganar y a perder con dignidad, a respetar al conjunto contrario, a cuidar los bienes y materiales de los lugares que recorrían, y más de uno permaneció suspendido en alguna práctica porque no se había comportado correctamente.
Se ganó el respeto de sus aprendices y el de sus familias, enseñando con el ejemplo. La comunidad aprendió a quererlo.
ESTÁS EN NUESTROS CORAZONES
Tus amigos Gustavo Martínez y Gabriela Neumayer
